El despacho comenzó su andadura en el año 1.985, poco tiempo después de la promulgación de leyes que produjeron profundos cambios en el ordenamiento jurídico español, y que afectaron de manera definitiva a gran número de ciudadanos, por su transcendencia, destacando la Ley de Divorcio de 1981 que supuso un cambio sustancial de la regulación del matrimonio, permitiendo incluso su disolución por divorcio.
La novedosa situación, permitió la regularización de innumerables situaciones de hecho que afectaban a los integrantes de una familia, que por no estar reguladas, en muchos casos derivaban en injusticias por trato desigual.